En el panorama en constante evolución de la ciberseguridad, una métrica crítica se está reduciendo a un ritmo alarmante: el tiempo de fuga. Se refiere al periodo que transcurre entre que un hacker accede por primera vez a un sistema y empieza a moverse lateralmente por la red, buscando activos valiosos. Cuanto más rápido ocurra esto, menos tiempo tendrán los defensores para responder y mitigar los daños.
Ciberseguridad: La carrera contra el reloj
Cuando un adversario penetra en tus defensas, sus objetivos suelen ser claros: establecer el acceso inicial, localizar activos de alto valor y ejecutar una “fuga” para ampliar su control. Lo verdaderamente preocupante es la rapidez con que logran estos objetivos.
Según el último Informe Mundial sobre Amenazas de CrowdStrike, el tiempo medio de penetración de las intrusiones interactivas de ciberdelincuencia en 2024 ha caído en picado a sólo 48 minutos. Se trata de un descenso significativo desde los 62 minutos de 2023, lo que indica una tendencia preocupante para las organizaciones de todo el mundo.
Las implicaciones son claras: la ventana para la detección y la respuesta se está estrechando rápidamente.
Perspectivas críticas: Lo que revelan los datos
Profundicemos en algunos hechos clave que subrayan la urgencia de esta situación:
Esta drástica aceleración de la velocidad de irrupción pone de manifiesto una necesidad innegable y urgente de que las organizaciones reevalúen y refuercen sus posturas de ciberseguridad.
Adaptarse a la nueva realidad
Para combatir eficazmente estas amenazas cada vez más rápidas, las organizaciones deben establecer prioridades:
Detección de amenazas en tiempo real
La capacidad de identificar y contener inmediatamente las intrusiones es primordial. Los métodos de detección tradicionales, más lentos, ya no son suficientes.
Controles de identidad y acceso
Evitar que los atacantes aprovechen credenciales comprometidas o robadas es crucial. Las soluciones sólidas de gestión de identidades y accesos (IAM) son fundamentales para esta defensa.
Caza proactiva de amenazas
Es esencial pasar de una postura de seguridad reactiva a una proactiva. La caza de amenazas implica la búsqueda activa de indicadores tempranos de ataque y la interrupción de los adversarios antes de que puedan ganar impulso.
La realidad es que la ciberseguridad ya no consiste sólo en prevenir las brechas, sino en minimizar el impacto de los ataques inevitables respondiendo con una rapidez sin precedentes. Las organizaciones deben estar preparadas para responder en segundos, no en horas, para proteger sus valiosos activos y mantener la continuidad del negocio.
Jolera entiende estas amenazas en evolución
Nuestras soluciones integrales de ciberseguridad están diseñadas para ayudar a tu organización a ir por delante de los adversarios, garantizándote las herramientas y la experiencia necesarias para defenderte incluso de los intentos de fuga más rápidos.